El “gran culpable”, junto con mi madre, de qué viva la autonomía, el respeto y la autoresponsabilidad como valores tan elementales que hasta que no los he visto en peligro me habían pasado transparentes
Nos has criado sin incluir el factor género en ningún momento en la ecuación, solo el factor “si quieres algo, cúrratelo y pa’lante, nosotros creemos en ti y te apoyamos”
Gracias a tu, vuestra, confianza ciega (“viendo” que respondía) me he atrevido a dar pasos que si no habrían sido mucho más difíciles (vivir fuera, emprender, invertir, liderar…)
Gracias a cómo vives la amistad y la colaboración parto de la confianza y el disfrute con mis amigos, compañeros, jefes, clientes …, prácticamente siempre mixtos
Un lujo poder pasar un día como hoy contigo a los 76, dándolo todo en el campo y disfrutando en familia
Tú me has enseñado con el ejemplo que confiar en el otro, permitirle equivocarse y apoyarle para avanzar es la base de la confianza en sí